domingo, 19 de marzo de 2017

Pasado

Ojos bien abiertos. Pupilas dilatadas. Pecoso el cielo que abraza una fría noche de diciembre. Infinitas las miradas. Infinita la complicidad. Vacío el estante de las ganas de escapar. Completa la biblioteca de manuales para gustarte, pero.. ¡Qué gusto volver a releer cada día, tarde y noche esas líneas!

 ¿Quién nos asegura que ésto es normal? 

 Estamos llevando la trama a lugares insospechados, a rincones inexplorados,
la luz y las sombras, unidas en anhelos, deseos mutuos y miedos compartidos, 
las dudas de lo cotidiano, de lo absurdo y lo complicado,
de momentos que se consumen en los labios, en la brisa del movimiento.

 Y ésto que consumimos con tanta locura y cordura, 
que pretende ser una guerra en paz, 
un conflicto de sensaciones extraordinarias,
no ve más allá del mañana, quizás del evento que unirá las risas al unísono, 
que mantendrá la danza de los cuerpos, el latido de tu frecuencia que va y viene,
que ama y llora,
que es tuya y mía,
tan nuestra como lo nuestro,
tan de nadie..
tan de nadie..

viernes, 24 de febrero de 2017

La Compensación

Cuando la alta rama de un árbol,
quizás por odio, intolerancia y/o castigo,
tal vez simple cansancio y falta de fuerza,
o quizás porque ya cumplió su vida e hizo cuanto le fue asignado,
deja caer delicada, temerosa y espontáneamente una de sus hojas,
como quien libera a un ser amado del yugo del apego.
Sus hermanas, aún llenas de vida e inmaduras, no comprenden e intentan cuanto está a su alcance para evitar lo inminente.
Algunas de ellas, queriendo retrasar el destino final,
en guerra contra la gravedad, solo extienden la agonía de su consanguínea llorando a cada roce con su paso.

Ella, quien ya lo entendió todo, solo se despide por respeto y se entrega a su vuelo, ya la tierra se encargará de La Compensación.